Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

4.30.2012

Mercantilistas Friendly



Los actuales gobernantes del Partido Patriota tienen muy, pero muy buenas relaciones con los mercantilistas. Con unos más que con otros. Más de uno de los favorecidos en anteriores administraciones cayó en desgracia. Pero que son muy, pero muy amigables con ellos es evidente. Así como también lo fueron los anteriores gobernantes de la UNE. Y no se diga los anteriores a estos últimos: Oscar Berger y sus seguidores. Y también los anteriores a los anteriores de los anteriores… Y así, ¿hasta dónde debería retroceder? ¿Quinientos años o un poco más?

La primera negociación grande, pero muy grande, de la cual fuimos testigos fue la compra de medicinas a los bendecidos con un contrato por miles de millones de quetzales, como regalo de despedida del gobierno de Álvaro Colom. Después de un falso prurito del ministro de Finanzas, Pavel Centeno, quien pretendió hacernos creer que el contrato se iba a rescindir, por obra y gracia de los hermanos Alejos, la compra fue asegurada. Al igual que el paquetazo fiscal y a saber cuántas leyes más.

Luego, vino la compra de fertilizantes cuyo resultado no agradó a quienes durante los cuatro años del gobierno anterior se quedaron con la mayor parte del dinero destinado a este rubro. Hoy, los consentidos del reino son otros. Disagro ya no es el niño bonito de la reina. Las cosas tenían que cambiar, ya que ahora en lugar de Sandra, la que manda se llama Roxana, quien no escatima en tratarse como reina con los fondos de los tributarios: rones, perfumes, chocolates… ¿qué más se le antoja? ¿Quién le cree que fue error de su secretaria el pago de los anteriores menesteres con la caja chica, demasiado grande, que utiliza? Y esto es apenas lo poco que conocemos de las compras del gobierno…

Los mercantilistas, los que hacen fortunas en base a privilegios, son tan corruptos como los gobernantes que los benefician. Sé que poco les va a importar a los miembros de ambos grupos la calificación que de ellos hago en la oración anterior. Por eso quiero dejar claro que no escribo para los mercantilistas ni los gobernantes corruptos. Escribo para usted, estimado lector, que es al final quien paga los excesos y caprichos de los mencionados. Usted que es el mandante (quien manda) y ha permitido que lo expolien y manipulen.

Usted que, engañado por las buenas intenciones de los programas intervencionistas propios del mal llamado Estado Benefactor, ha contribuido a mantener su propia situación y a que muchos otros vivan condenados a la miseria. Usted que, laboriosamente, se dedica a trabajar y producir riqueza que luego otros disfrutan. Usted que razona y se da cuenta de la raíz de los problemas: el poder casi ilimitado que otorga a los gobernantes el sistema político/económico vigente y que SIEMPRE va a servir para que unos cuantos vivan a costillas del resto. Escribo para que usted sea parte del cambio necesario de las premisas sobre las cuales está sustentado el sistema.


El presente artículo fue publicado el lunes 30 de abril de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno.

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4.23.2012

Los JT de Gt




Es una forma resumida de referirme a los James Taggart de Guatemala. Cualquiera que haya leído completa “La rebelión de Atlas” de Ayn Rand, entenderá fácil y rápidamente a quiénes me refiero. Enfatizo: que la hayan leído ellos, no que se la hayan contado otros, que en la mayoría de los casos son impostores que se hacen pasar por expertos en la obra de la mencionada filósofa. Expertos que probablemente tampoco la han leído y, sin duda, les han contado mal la obra. Hay otros personajes que sí la han leído pero están interesados en que nadie más la lea. ¿Por qué el engaño? ¿Para proteger sus intereses? ¿Por miedo a enfrentar sus contradicciones y acallar los gritos de su consciencia?

Recién leí hace algunos días un cuento de Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, en el cual el célebre escritor estadounidense escribe lo siguiente: “Si uno es observador advertirá que en los libros de cuentos ejemplares que se leen en clase de religión los niños malos casi siempre se llaman James”. No sé si Rand leyó este escrito de Twain, pero me encantó la coincidencia, ya que así como ahora leo obras de otros autores hasta quedarme dormida, Rand incluida, de niña leí a Twain hasta el cansancio. Me divertí tanto con las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, como en el presente me entretengo (y aprendo) con Howard Roark y Francisco D’Anconia.

Los que quieren que el gobierno destine dinero de los tributarios a sus agendas políticas y proyectos personales, descaradamente utilizan la idea del bien común como excusa para exigir que los financien. Algunos saqueadores son conscientes de la mentira. Otros son ingenuos oportunistas que de verdad creen que lo que ellos hacen contribuye al bien de todos, aunque a la mayoría de esos todos no les interese su obra ni compartan el sentido de la vida y los valores de los autores. Al final, en ambos casos (sobre todo en el segundo), lo anterior es una muestra de la arrogancia de quienes quieren imponer sus elecciones a los otros. Sin importar el punto de partida, la misma excusa es usada por conservadores y socialistas. O, como superficialmente se les divide, por las derechas y las izquierdas.

Recordemos: no es lo mismo crear riqueza que acumular fortuna (o incrementar o al menos tratar de mantener lo creado por sus antepasados, como en el caso de los jimmy taggart) en base a privilegios y transferencias de lo creado por la gente productiva y laboriosa, a las cuentas de los saqueadores y los parásitos.

Hoy, que se recuerda la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare (en realidad ninguno murió el 23 de abril ni murieron el mismo día, por el uso de diferentes calendarios en España y en  Inglaterra); fecha en que murieron el Inca Garcilaso de la Vega y el poeta romántico William Wordsworth; hoy, que se celebra el día del libro, vaya a su librería preferida y regálese “La rebelión de Atlas”. Es un día ideal para comenzar a leerla.


El presente artículo fue publicado el lunes 23 de abril de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La imagen la bajé del Internet, del sitio de una película que se hizo recientemente.

4.16.2012

Artículos fraccionados



Ya que el título del presente artículo tiene varios significados o puede ser interpretado de muchas maneras, voy a proceder a contextualizarlo en varias fracciones:

Primero, voy a referirme al descaro de los actuales gobernantes de recurrir a los medios que usaron los corruptos anteriores cuando estaban en el ejercicio del poder. En estos apenas tres meses en los cuales Otto Pérez Molina y su gente fueron ungidos como gobernantes, han continuado con la práctica común de comprar cualquier artículo (medicinas, fertilizantes, armas…) sin licitar, ya sea bajo la excusa de los llamados “estados de excepción” o fraccionando las compras. En otras palabras, continúan asignando a dedo a aquellos que se enriquecen gracias al Estado Benefactor/Mercantilista que rige en Guatemala. Ellos incluidos.

Segundo, lo anterior confirma el porqué voté nulo para Presidente en ambas vueltas electorales de 2011. En septiembre del año pasado, en dos artículos (¿o un artículo fraccionado?), publiqué lo siguiente: “La mía es una decisión propia… El resultado de un proceso lógico cuyo objetivo es ser coherente conmigo y mis valores. Ser íntegra. Nunca votaría en contra de mis principios… [es] la peor traición… Creo en un gobierno de leyes. No soy súbdita de ningún rey. No voy a legitimizar un sistema presidencialista… No entiendo cómo todavía hay tantos que creen que estrenando Presidente cambian las cosas para bien en el largo plazo… Es irresponsable votar sin meditar las consecuencias de nuestro voto. Sin darnos cuenta que legitimamos un sistema presidencialista que es la raíz del problema”.

Tercero, nunca vamos a progresar fraccionando por períodos presidenciales a los saqueadores que llegan al ejercicio del poder. Solo lo haremos cuando cambiemos el sistema político/económico vigente. En el tercer capítulo del libro “Filosofía, ¿quién la necesita?”, llamado “Lo metafísico versus lo hecho por el hombre”, la muy comentada y poco leída por sus críticos, Ayn Rand, explica adónde nos ha llevado la confusión intelectual contemporánea: “La mayoría de las personas consumen sus vidas en una rebelión sin sentido contra las cosas que no pueden cambiar, en la resignación pasiva ante aquellas que pueden modificar y – sin tratar jamás de aprender la diferencia – en la culpa crónica y la duda sobre su propia capacidad en ambos casos”.

El miedo a ser plenamente responsables de su existencia, lleva a muchos a falsear la realidad: optan por no pensar. Lo que es peor, invitan a otros a no usar su razón para aliviar sus conciencias atormentadas. Como bien dice Rand en la obra citada: “Nada puede obligar a un hombre a pensar”. Tampoco NADA evitará que coseche las consecuencias de esa decisión. Yo, contrario al superficial y cómodo llamado a la irracionalidad, los invito a reflexionar sobre aquello que debemos y podemos cambiar para que vivamos mejor y dejemos de fraccionar nuestras propias vidas y las vidas de los demás.


El presente artículo fue publicado el lunes 16 de abril de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La imagen es de Cheng Ho Toh (Singapur).

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4.09.2012

Semana sin noticias



Semana Santa es una semana sin noticias. Por supuesto, acepto que la anterior puede ser una afirmación considerada por varios una exageración. Sin embargo, dentro del contexto que a mi me interesa es una semana en la cual los escuálidos diarios que circulan se concentran en hechos irrelevantes, en reportes refritos o en las noticias que están en vías de construcción.

El diario que usted sostiene en sus manos, probablemente presentará entre sus noticias principales el número de muertos durante el feriado. Lo mismo de todos los años, aunque no los mismos muertos, aclaro. Habrá alguna mención a las hermosas y efímeras alfombras de aserrín, flores y frutas hechas durante la Semana Santa. ¿Qué más? Sin duda, nos prepararán para lo que nos espera después de un período de evasión de la realidad política. Tiempo que la mayoría sentirá que fue demasiado breve.

Hoy que escribo este artículo, que usted leerá el lunes 9 de abril, por ejemplo, las notas que resaltan tienen que ver con los candidatos a Procurador de los Derechos Humanos. ¡Un montón! Veinte candidatos. Era de esperarse, más conociendo los ingresos de quien ostenta este puesto decorativo: ¡arriba de los cien mil quetzales mensuales! Vaya, y luego hay quienes insisten tontamente en que debemos pagar más impuestos porque los recursos no alcanzan. Si así los malgastan, nunca habrá dinero suficiente para satisfacer a los gobernantes.

También vienen comentarios sobre la situación económica, el precio de los productos y el poco interés que hay de invertir en Guatemala debido a los impuestos y las trabas que hay para la creación de riqueza. Más aún después del paquetazo fiscal del patriota, aunque de inspiración uneísta. ¡Nadie sabe para quién trabaja! ¿O Juan Alberto Fuentes Knight logró negociar bien su propuesta y colocar estratégicamente a sus empleados? En fin, espero que algún día rinda cuentas de verdad, sobre todo a los pobres que seguirán siendo pobres por obra y gracia de su propuesta.

¿Qué más? Ummm… ¿Las notas de la farándula? Podrán ser chismes interesantes para más de uno, pero a mí en lo particular no me generan emoción alguna. Poco me llamó la atención saber que Ashton Kutcher va a interpretar a Steve Jobs en una próxima producción cinematográfica sobre la vida de este famoso creador de bienestar para muchos. Pienso que, más allá del supuesto parecido físico, podrían haber escogido a alguien con mejores dotes de actor para representarlo. En fin…

¿Llegué al final de mi artículo? ¡Ve pues! Ni cuenta me di. Una muestra más de que divagar es una actividad que nos puede llevar, de vez en cuando, a cumplir un objetivo. ¿Y cuál era mi objetivo al escribir esta columna? No fallar a mi cita de los lunes con usted, apreciable lector, que espero haya aprovechado la semana pasada, como lo hice yo, para descansar, leer, reflexionar, comer, disfrutar… ¿En resumen? Que haya aprovechado el tiempo siendo feliz.


El presente artículo fue publicado el lunes 9 de abril de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La fotografía la tomé en diciembre de 2008.

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4.02.2012

La marcha de las letras



“Que dejen toditos los libros abiertos, ha sido la orden que dio el general. Que todos los niños estén muy atentos, las cinco vocales van a desfilar. Primero verás que pasa la A, con sus dos patitas muy abiertas al marchar. Ahí viene la E, alzando los pies, el palo de en medio es más chico, como ves. Aquí está la I, la sigue la O, una es flaca y otra gorda porque ya comió. Y luego hasta atrás, llegó la U, como la cuerda con que siempre saltas tú”… Pero, la historia no acaba aquí, como la cantó Cri-Cri. Y tampoco es esta toda la historia.

Según los cronistas de la marcha, la otra, la que no fue titular en los diarios, la que no estuvo a cargo de ningún militar, las letras todas, no solo las vocales, decidieron unirse para protestar. Su protesta fue inusual: ni violentaron los derechos de otros ni se les pasó por la mente tomar medidas de hecho. Al contrario, su protesta era contra aquellos que no eran capaces de utilizar articulada y verazmente las letras para que, por medio de la palabra, se les escuchara.

Al fin, las letras estaban orgullosas del producto de su trabajo. Les encantaba a las vocales unirse con las consonantes y proporcionar a quienes las usaban los medios para expresarse. ¡Cuántas lágrimas no derramaron junto al amante que infructuosamente buscaba conquistar a su amada con un verso! ¡Cuántas risas compartieron con aquel que supo usarlas para hacer reír a carcajadas a otros! Por supuesto, cuántas veces se quitaron el sombrero frente a quien fue capaz de transmitir una verdad que hiciera cambiar a una sociedad entera: una idea coherente y de acuerdo con la realidad que transformó para bien el destino de la humanidad.

Las letras eran felices, la mayoría del tiempo, con el resultado de su uso. Sin embargo, sabían que también el lenguaje, su adorado hijo, había sido utilizado para decir mentiras: para extorsionar, amenazar y manipular. Lo desprestigiaron, primero, los sofistas, luego, los políticos y hoy los usurpadores de la voz del pueblo. Eso, solo para citar parte de una lista que incluye a toda persona que une las letras en palabras que pretenden estafar a otros; sin importar el hábito que vista, la corona que luzca o la máscara que oculte su verdadero rostro.

Ante semejante abuso, las letras se unieron para luchar (por medio de quienes las sabían usar y no temían usarlas) en contra de aquellos cuyo objetivo era vivir a costa de los demás y desprestigiaban la noble tarea que habían elegido para sí las letras. Es así que surgen, como fruto de esta protesta no registrada en los anales de los poderosos, conceptos vitales para defender a los dignos de los farsantes, y rescatar de las garras de estos últimos a los ingenuos que hayan caído en su trampa. Nacen los vocablos que muchos no quieren escuchar, los términos que los van a describir: saqueadores, gorrones, oportunistas, privilegiados, zánganos, vividores, parásitos… Y este es el cuento de nunca acabar. Continuará.


El presente artículo fue publicado el lunes 2 de abril de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. El vídeo lo enlace con Youtube.

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