Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

6.02.2008

¿Quién tiene la razón?


Hace algunas semanas, el alcalde de la Capital, Álvaro Arzú, declaró que la autoridad siempre tiene la razón, frente al cuestionamiento que le hacían varios reporteros por los abusos de la Policía Municipal de Tránsito (PMT). Organización que se ha convertido en una especie de guardia pretoriana en decadencia, bajo las órdenes indiscutibles de Arzú. Obviamente, nuestro confundido empleado público, se refería a los peemetes como la supuesta autoridad. Claro, después de él, quien obviamente se siente el supremo emperador.

En fin, el tema me pareció de una importancia capital desde el momento en que leí las declaraciones del funcionario nombrado en el párrafo anterior. Sin embargo, sé que en el breve espacio semanal que tengo para intercambiar ideas con ustedes, es difícil abordarlo con la propiedad del caso. Y la costumbre de algunos de publicar en capítulos me parece que, en general, no es conveniente para la sección de opinión de un diario.

No obstante, hay veces que es esa entrega de un escrito por partes, la mejor de las opciones para tratar temas trascendentales como lo son, en este caso, la “autoridad” y la “razón”. Conceptos a los cuales voy a agregar algunos como, por ejemplo, la definición de “fundamento” y otros más que me permitan compartir con mis lectores que tengan la paciencia de esperar por otros artículos, una visión centrada y objetiva del asunto a tratar.

Total, Arzú sólo oficializó lo que piensan muchos que ejercen uno de los dos oficios más viejos del mundo: la política. Y ese pensamiento ¿o convicción? es aquel que los hace creerse el rey, y que, por supuesto, su palabra es la ley. Creencia que los hace vernos y tratarnos al resto como súbditos, aunque pretendan engañarnos haciéndonos pensar que nos respetan como ciudadanos.

Pero, para colmo de males, es sumamente lamentable que haya quienes, dentro del grupo de los gobernados, también crean y repitan sin razonar esa falacia de que quien ejerce temporalmente el poder, el político de turno sentado en el supuesto trono, ES la autoridad. Creencia violatoria de los derechos individuales. Error que permite a los déspotas limitar cada vez más nuestra libertad. Crónica de una esclavitud anunciada que no sólo condena a quienes se rinden ante esa servidumbre, sino también nos sentencia a los demás a ser parte de un reino dominado por unos pocos, en detrimento de la vida y la felicidad de la mayoría en el largo plazo.

Los más recientes actos prepotentes y violentos de peemetes, de casi todos conocidos, me llevan a considerar urgente aclarar los temas planteados. Espero que lo dicho hasta este momento me sirva como prólogo a varias columnas (espero sean pocas) en las cuales deseo, al menos, sembrar la duda sobre las concepciones aprendidas, con escasa discusión, sobre la autoridad y la razón. Por cierto, el otro ancestral oficio humano al que me refiero es la prostitución. Qué interesante coincidencia, ¿no?

Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 24 de mayo de 2008. La foto la tomé con mi celular el 16 de noviembre de 2007. Sobran las explicaciones.

Etiquetas: , , , ,

Cien años


“Pasaste a mi lado con gran indiferencia, tus ojos ni siguiera voltearon hacia mi. Te vi sin que me vieras, te hable sin que me oyeras, y toda mi amargura se ahogo dentro de mí. Me duele hasta la vida, saber que me olvidaste, pensar que ni desprecios merezca yo de ti. Y sin embargo sigues, unida a mi existencia, y si vivo cien años, cien años pienso en ti”.

Al llegar a los primeros cien días del gobierno de Álvaro Colom, recuerdo esta inmortal canción, interpretada originalmente por el célebre Pedro Infante, que en la década de los años 90 del siglo pasado, fue resucitada por Thalía, la conocida Timbiriche, hoy esposa del todopoderoso Tommy Mottola.

Total, pasarán más de cien, mil, un millón de días o años, que el Estado Benefactor/mercantilista y la socialdemocracia no van a facilitar el progreso, en el largo plazo, de todos los habitantes de Guatemala: el progreso de quienes están dispuestos a arriesgar, trabajar y producir, respetando la propiedad, libertad y vida de los demás. Lo que es peor, el Estado Benefactor/mercantilista obstaculiza el camino de aquellos dispuestos a invertir y transformar recursos en riqueza.

Hoy confirmamos lo que sabíamos muchos desde antes: que la propuesta de cambio en cien días de la UNE, no era más que una estrategia politiquera para enfrentar la campaña presidencial de la segunda vuelta electoral. Y fue el propio Colom quien confirmó lo que sospechaban algunos y otros simplemente se negaban a creer: que sólo era una estafa más.

Hecho confirmado con la presentación del fantasioso informe de los cien días, el cual reafirma la creencia de que en lugar de avanzar, hemos retrocedido. Sentir de tantos que observan como el crimen aumenta (sólo los secuestros se calcula que se triplicaron) y miran con asombro como regresan a la administración pública los pocos mafiosos que habían sido depurados en el gobierno anterior. Y qué decir de las negociaciones que ha cerrado el gobierno con personajes nefastos como Joviel Acevedo y sus cuarenta ladrones, escapados de la cueva bajo el mando de Enrique Torres, cuñado de Álvaro Colom, quien, para colmo de males, se declaró el Presidente de los pobres. ¿Y el resto no tenemos Presidente? ¿Será que debemos convocar a una nueva elección para decidir quién ocupa la vacante? ¿O acaso profetiza Colom que cuando termine su período todos vamos a ser pobres?

Aunque, el problema, como diría Arjona, no son sólo las mentiras de Álvaro Colom y sus seguidores, sino que tantos todavía las crean. Mentiras a las cuales, lamentablemente, nos han acostumbrado los políticos: populistas y demagogos en su mayoría. En fin, el meollo del asunto lo encontramos en la amargura que crece en el corazón de muchos en nuestro país, debida al declive en su calidad de vida y las perspectivas negativas del futuro cercano. Ojalá que después de más de 60 años con el mismo sistema fracasado, no necesitemos llegar a los cien para cambiarlo.


Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 28 de abril de 2008. La fotografía la tomé el sábado 19 de enero de 2008, en una visita a la casa de la familia de Warren Orbaugh.

Etiquetas: ,