Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

2.27.2007

Amanecer de los amorosos


Hoy amanecí en clave de poesía. Hoy amanecí dormida en un sueño que, a veces, parecía pesadilla. Hoy amanecí con Jaime Sabines, en un intento infructuoso por entender a los amorosos. O, tal vez, por no caer en la agonía de quién no se atreve, al final, a vivir la hermosa vida.


LOS AMOROSOS

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso,
el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.


Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.

Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.


En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.


Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.


Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.


Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.


Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.

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2.26.2007

Diccionario de amantes


Hace ya un tiempo inicié una relación amorosa de índole académica con ese genial escritor hispanoamericano, aspirante a universal, llamado Mario Vargas Llosa. Leer al reconocido escribidor de origen peruano es uno de esos placeres que no me limito: al contrario lo busco y estimulo. Por cierto, conocer a su hijo Álvaro, y sostener excitantes discusiones con él, ha sido un goce para mi, públicamente declarada pertinaz estudiante.

Esta debilidad mía es conocida por amigos y parientes, quienes no dudan en poner tentaciones a mi alcance para que siga disfrutando tiempos íntimos de enriquecimiento conceptual y deleite al di la de los sentidos. Uno de ellos es Philippe Hunziker, responsable de Sophos, ese vital espacio cultural de nuestra complicada capital, quien hace unos días hizo llegar a mis manos y mis ojos el “Diccionario del amante de América Latina”, una de las más recientes recopilaciones de ensayos de Vargas Llosa, que nos remonta a sus lectores hasta su etapa socialista de los años sesenta del siglo pasado.

Este esclarecedor libro me permitió conocer mejor a este prolífico autor, y admirar aún más su honestidad intelectual que lo hizo reconocer sus errores de juventud y enmendarlos en su adultez, buscando influir con sus reflexiones para bien del avance real en la calidad de vida de la gente más frágil de nuestra sociedad global. Habitantes o no de esa paradójica región llamada América Latina.

Dejo que el Amante hable por sí solo: “Sobre el latinoamericano pesa, como una lápida, una vieja tradición que lo lleva a esperarlo todo de una persona, institución o mito, poderoso y superior, ante el que abdica de su responsabilidad … Sin el terreno abonado por la tradición centralista, en América Latina no hubiera echado raíces tan pronto, ni se hubiera extendido tan rápidamente hasta contaminar con sus tesis a tantos partidos políticos, instituciones y personas, esa corriente de pensamiento, keynesiana en apariencia y socialista esencial, según la cual sólo la hegemonía del Estado es capaz de asegurar un rápido desarrollo económico… Todos los gobiernos de las últimas décadas, de derecha o de izquierda, han gobernando condicionados por sus tesis”.

Brillantes y controversiales razonamientos. Aunque soy consciente de que cuando una persona opina de forma clara y explícita, y si esas opiniones no son populares, irremediablemente se ve envuelta en polémicas.

Y, como Vargas Llosa, creo que quienes siguen hablando de izquierdas y derechas se equivocan. Total, es más lo que ambas tienen en común que aquello que las diferencia. Insistir en éstas es ir en contra de la vía del progreso.

Sin duda, se ama apasionadamente a personas concretas: no en abstracto. Pero también nos podemos enamorar de las ideas, de las palabras y de los principios que nos sustentan. En fin, el amor es un sentimiento inexplicable. Y, la mayoría de las veces me pregunto, ¿para qué buscarle explicaciones?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 26 de febrero de 2007.

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2.19.2007

Candidotes


Que si Rigoberta. Que si Colom. Que si el general. Pero no se confunda, me refiero a Otto Pérez. O tal vez Suger, aunque, como al novio de Nadia Comaneci, dicen, nadie lo conochi. ¿O será la solución Alejandro el Magno Giammattei, conquistador de las penales cuyo imperio tambalea?

¡Oh Dios! O quien sea: Buda, Alá o Jehová. A lo mejor, como la moda actual es resucitar a deidades ancestrales (no divas de las elecciones políticas chapinas, sino divinidades antiguas) podrían los que quieran invocar a Zeus, a Amón-Ra o a Itzammá para que los ilumine a la hora de elegir a quién podrá defendernos, como exclamarían los seguidores del Chapulín Colorado.

Todavía no se descarta el elegido. No por nosotros, sino por un ente superior inexplicable para nuestra limitada mente humana, ente que podría ser cualquiera de los todopoderosos ya citados. El hombre marcado, que no necesita ser iluminado para decidir por quién votar porque él es el designado. Aquel que aceptó su misión de cambiar a Guatemala: esa nación (abstracción manipuladora) llena de malagradecidos que no comprenden el sacrificio que implica dirigir las vidas de un montón de gente ingobernable. “Ay, si ese es mi destino lo acepto: me sentaré en la silla de los cuarenta mil millones de quetzales, egresos presupuestados de la susodicha nación: suma que crece año con año. Ocuparé el Palacio, aunque sólo sea para eventos planificados (sic) y recepción de invitados, locales y extranjeros”. Pensará el ungido.

Yo, como si fuera un bicho extraño, he enfadado a más de un ser querido, no digamos desconocidos, que se acercan a mí creyendo que conozco la respuesta a la pregunta que se hacen tantos, ¿por quién votar? Y yo, que les respondo: da igual. Sí, da igual. Tal vez unos roben, abusen y engañen menos que otros (espero que no olviden que cada salvador lleva su rosca que termina convirtiéndose en corona de espinas, pero no del gobernante sino del resto de los habitantes del país). Pero al final todos intentarán hacer funcionar al que es, precisamente, el origen de nuestros problemas: el sistema político imperante desde hace más de seis décadas.

Intento, en muchos casos infructuosamente, convencer a mis interlocutores de que más importante que por quién votar para presidente es para qué votar. ¿Vamos a votar para cambiar el modelito benefactor? Entonces, la elección clave que enfrentamos es la del Legislativo. ¿Quiénes van a ser los próximos diputados? ¿Cuál es su propuesta, y qué ideas las sustentan? ¿Más intervencionismo de los gobernantes en nuestra esfera privada, que incluye más intromisión en nuestros bolsillos? ¿O más libertad para nosotros, los gobernados?

En fin, si hacemos preguntas mal planteadas, poco importan las respuestas a los cuestionamientos que nos hacemos en la esfera pública de nuestras vidas. Las cosas permanecerán casi sin variar: seguiremos siendo cándidos, candidotes, eligiendo a candidatos a reyezuelos.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno” el lunes 19 de febrero de 2007.

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2.17.2007

Las adopciones, ¿un tema ideológico?


Ideología: qué fácil es reducir a tan manipulada palabra, utilizada por la gente, lo sepan o no, influenciada por el pensamiento marxista de la confrontación: de clases, etnias, sexos… Simple enfrentamiento. Cuando lo que precisamente promueve el liberalismo es totalmente lo contrario: cooperación pacífica.

Ahora, pretenden estirar esta visión del mundo hasta el mismo tema de las adopciones, en donde ponen en juego el bienestar de miles de niños. Y todo, por la envidia. Si tanto les preocupa lo que ganan los notarios, en lugar de aumentar los trámites y las regulaciones, deberían eliminarlas y, simplemente, dejar el proceso en lo que debería de ser: un contrato privado entre los padres biológicos que dan en adopción y los que desean hacer suyos los hijos que otros tuvieron. Niños cuyos padres no los quieren o, por el contrario, los quieren tanto que consideran que van a tener mejores oportunidades en otro hogar.

Caso excepcional serían los niños abandonados con padres desconocidos. Sin embargo, en ese caso, lo ideal sería que se encargaran de ellos casa hogares privadas, mantenidas de forma voluntaria por tanta gente solidaria que hay en todas las sociedades.

¿Cuáles serán las verdaderas razones que mueven esa campaña que acabará con la institución formal de la adopción en Guatemala?

Lástima que entre los mismos reporteros y periodistas de nuestro país existen tantos prejuicios y resentimiento que no les permite ser objetivos e investigar qué ha pasado en los países que adoptaron la legislación que promueven los burócratas de UNICEF. Descubrirían a quiénes les arruinó la vida.

La ironía es que las peores manos en las que pueden estar estos niños (las del abstracto Estado, que al final termina siendo un burócrata cualquiera, desmotivado y sin incentivos), son en las que pretenden los bienintencionados tramitadores de UNICEF, poner el destino de tantas criaturas que podrían vivir bajo condiciones envidiables por los habitantes de países tercermundistas como el nuestro.

Y luego pretenden que les creamos que es por el bien de los infantes. Mentirosos.

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2.15.2007

Juicios de hecho





Es un hecho que, a mayor creación de riqueza, mayor bienestar para los miembros de una sociedad.
Es un hecho que, a mayor crecimiento económico, mejores son las condiciones de empleo para la gente.

Es un hecho que, a menos impuestos directos, mayor es la atracción del capital transformador de recursos en bienes utilizables.
Es un hecho que el Estado benefactor va en contra de todo lo anterior, niega los hechos mencionados con anterioridad. Entonces, ¿por qué es un hecho que aún seguimos acarreando con él? ¿Podrá ser un hecho próximo la decisión de terminar de una vez por todas con ese sistema de desecho?

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2.13.2007

Rebelde con causa




Albert Camus, en “El hombre rebelde” afirmó que: “El humanitarismo va acompañado del odio al mundo. Se ama a la humanidad en general para no tener que amar a lo seres en particular”. Impresionante. Impactante. Certero.

Más allá del pesimismo o del cuestionamiento a la existencia humana, es importante decantar y dejar respirar, como a un buen vino tinto, el pensamiento de personajes como Camus para disfrutar de su escritura, hurgar en sus reflexiones y entender sus paradojas. Estas últimas, una muestra más, precisamente, de su humanidad falible como la de todos.

¿Es la existencia un absurdo, una casualidad, un accidente más? No sé. Tampoco pongo mucho empeño en intentar responder una pregunta propia del ámbito subjetivo que nos lleva a nuestra misma existencia: esa que es única e irrepetible. No obstante, es imprescindible reconocer que nuestros actos sí causan eventos: resultados imprevistos en nuestra vida y, dependiendo de nuestro circulo de influencia, en la vida de otros.

La vida, por cierto, se acerca más a un claroscuro en constante evolución, que a un negro profundo o un blanco puro. Un arco iris de infinitas tonalidades. Ni tragedia ni comedia: tragicomedia. De cada uno de nosotros depende disfrutar y aprender de los matices de nuestra realidad. Y a cada uno de nosotros corresponde aceptar la responsabilidad que ese vivir implica.

En fin, sólo podemos ser justos por nuestros actos respetuosos de las elecciones, los bienes y la vida de los demás. Parte de mi definición de amar a seres concretos y no construcciones etéreas. Amor de todos los días, incluidos los martes 13. Aunque mañana sea 14 de febrero.

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2.12.2007

Trastorno


Perturbación. Confusión. Complicación. Transmetro. Trastorno. ¿Sólo para el grupo de suertudos que han trabajado arduamente para comprarse su pichirilo de primera, segunda o tercera mano? No. Simple angustia para casi todos, incluidos aquellos que pretenden arreglar el problema del transporte con más del origen del problema: la planificación centralizada que experimenta con recursos ajenos.

Y lo más delicado no es que los gobernantes piensen que “nuestros pueblos no están aptos para gobernarse”. Lo más peligroso es que hay algunos, en el grupo de los gobernados, que también piensan de esa manera. Consideran a otros, tal vez porque son analfabetos, una especie de animales domesticables a los cuales hay que decirles cómo vivir su vida hasta en el más nimio de sus aspectos. Y ni se atreva a mencionar temas trascendentales: seguro que esta gente, piensan, no puede hacer la elección correcta.

Qué soberbia. Qué arrogancia. ¿Acaso aquellos que opinan de esa manera son infalibles? Cada uno tiene fines propios y cada persona es capaz de decidir cuál es la mejor manera de alcanzar esos fines frente a las circunstancias con las que se tope.

Si no me cree, ¿qué piensa que llevó a más de millón y medio de guatemaltecos a irse a vivir a otra sociedad? Sin duda, esta gente sabe lo que quiere: vivir mejor. Y para eso necesitan de medios de pago para facilitar el intercambio. Dinero. Y para aumentar honesta y respetuosamente sus ingresos reales necesitan producir. Por cierto, en las sociedades donde más libres son las personas, hay más oportunidades de trabajar, crear y emprender. Hoy esa sociedad es la estadounidense, pero si el Estado Benefactor llega a afianzarse en este país, la mayoría emigrará a otros lugares: sea nativo o mojado.
Aclarador. ¿O no?

Es impactante conocer la cantidad de ideas que los individuos generan para solucionar el problema del tránsito. ¿Qué pasaría si ellos pudieran llevarlas a la práctica arriesgando sus recursos, y no los de otros, como hacen los burócratas? ¿Encontraríamos mejores respuestas al calvario que se ha vuelto el transporte en la urbe? ¿Qué impide que otros intenten servir al resto proveyendo servicios de locomoción? El positum, lo dado: la voluntad del legislador. La voluntad del gobernante. El monopolio del transporte público municipal y el cartel de actuales prestadores del servicio. Éste último también con la venia de los políticos y la legislación positivista de Guatemala.

Si tan exitosa, como lo muestran las evidencias, es la liberalización del mercado de las telecomunicaciones, ¿por qué Álvaro Arzú y su equipo no hacen lo mismo con el sistema de transporte? En fin, más que liberar los servicios, nos liberan a nosotros: a las personas que podríamos ofrecer y/o demandar el servicio. A usted, a mí, y al desconocido que se enfermó de la vejiga por pasar una cuarta parte de su vida activa circulando a vuelta de rueda en la avenida.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 12 de febrero de 2007.

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2.11.2007

Viva el ocio


Más de uno me ha preguntado por qué identifico como mí tiempo preferido el del ocio. Sin duda, me cuestionan influenciados por la idea de que el ocioso es un haragán. Es un grave error, considero, identificar el tiempo de creación con el, a mi parecer, entregado a la nada. Aunque, algunas veces, este último también es necesario.

En fin, quien decide qué hacer con ese espacio que se le otorga, que transcurre entre nuestro primer alarido y nuestro último suspiro, es cada uno de nosotros. Respetar el proyecto de vida del prójimo es no emitir juicios de valor sobre las decisiones de otros a partir de nuestra única e irrepetible escala temporal de valoraciones.

La palabra ocio, según el “Breve diccionario etimológico de la lengua española” de Guido Gómez de Silva, editado por el Fondo de Cultura Económica, viene del latín otium: “tiempo disponible para hacer algo por gusto y no por deber”. Y para el amansaburros de la Real Academia española, en su 2da y 3era acepción, ocio es: “3. m. Diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio, porque estas se toman regularmente por descanso de otras tareas. 4. m. pl. Obras de ingenio que alguien forma en los ratos que le dejan libres sus principales ocupaciones”. Por eso vivo en un permanente ocio. O, al menos eso intento. A mucha honra.

Hoy, por cierto, el suplemento cultural {elacordeón}, del diario guatemalteco elPeriódico, trae un interesante ensayo sobre el tema titulado “Las sublimes obras del ocio”, escrito por Antonio Tursi, Profesor de Filosofía y Política medievales y renacentistas en la Universidad de Buenos Aires y en la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín). Que ningún compañero ocioso lo deje de leer.

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2.09.2007

Al di la




¿Existe el amor más allá de toda realidad conocida? Como dice aquella canción italiana de la década de los 60 del siglo pasado, interpretada por Emilio Pericoli, Al di la: “Más allá del bien más preciado, estas tu. Más allá del sueño más ambicioso, estas tu. Más allá de la cosa más bella, más allá de las estrellas, estas tu. Más allá estas tu para mi, sólo para mí… Más allá de la vuelta infinita, más allá de la vida. Estas tu, más allá, estas tu para mí”.

Qué cosa la búsqueda de la felicidad, búsqueda humana por excelencia, que se remonta a la primera persona que haya puesto un pie en la tierra. Y qué prueba más romántica que la de esa pareja de amantes del neolítico que fueron, casualmente, encontrados en la Verona italiana de Romeo y Julieta. Sí, esa tragedia clásica de William Shakespeare.

Quiero creer que los amantes encontrados hoy, a diferencia de los de la ficción, sí vivieron intensamente su relación… Tanto, que los llevó a morir abrazados. Así como muchos, algún día, quisiéramos también reposar: eternamente cobijados por el ser adorado.



¿Es acaso el amor una meta inalcanzable al humano? Quién pudiera ser capaz de amar al di la: más allá del todo conocido. Quién pudiera encontrar esa sintonía inefable… Quién pudiera… ser feliz en esta vida y en la otra… si la hay.

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2.07.2007

Paradoja arzuniana


Si tan exitosa, como lo muestran las evidencias, fue la liberalización del mercado de las telecomunicaciones, ¿por qué Álvaro Arzú y su equipo no hacen lo mismo con el sistema de transporte? En fin, más que liberar los servicios, nos liberan a nosotros: a las personas que podemos ofrecer y/o demandar el servicio.
La caricatura es de Fo, Prensa Libre, lunes 5 de febrero de 2007.

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2.06.2007

Ser bueno




En diciembre de 2005, Joseph Ratzinger, conocido como Benedicto XVI, máximo jerarca de la Iglesia Católica, dijo que ser bueno no es aburrido e instó a las personas a rechazar la idea de que se están perdiendo algo si no pecan. "Surge en nosotros la sospecha de que una persona que no peca es, al fin y al cabo, aburrida; que se está perdiendo algo en la vida: la impresionante dimensión de ser libre," declaró. "Pensamos que tratar con el diablo, reservándonos una pequeña autonomía frente a Dios es, después de todo, bueno o incluso necesario. Pero mirando al mundo alrededor nuestro podemos ver que no es así," afirmó.


Yo no sé si ser bueno es o no es aburrido. Todo depende a la definición que se le dé a ser bueno. Sólo sé que todos lo seres humanos somos capaces de las más buenas y nobles acciones o de las más malas y cobardes jamás imaginadas.

Si por ser bueno entendemos respetar a los otros y aceptar que el ejercicio de mis derechos no debe violar los derechos de los otros, ser bueno lo considero una obligación.

Si ser bueno implica no entrometerme en la esfera privada de los demás y lo que ellos libremente decidan hacer en su vida (su proyecto personal), básicamente no interferir en la intimidad de los demás si no me han invitado ellos a hacerlo, ser bueno me parece necesario.

Manipular emotivamente a los demás, inculcándoles miedo por el castigo después de la muerte, creo que no es, precisamente, ser bueno. Y considero que pretender imponer las elecciones que uno ha hecho para sí mismo a los otros es ser malo. Extremadamente malo.

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2.05.2007

Estafa en tierra


No tiene que invertir off shore para ser estafado. A diario somos engañados en nuestra inefable tierra guatemalteca. Dicen, por cierto, que esa tierra es ¿nuestra? gracias al Estado: esa ficción, como la llamó Frédéric Bastiat, “mediante la cual tratamos de vivir a expensas de los demás”. Un fraude más que en la práctica sólo es el feudo de los gobernantes y sus amigos que, siguiendo el modelo del rey de España, mantuvieron la restricción colonial de que el subsuelo es propiedad de la ficción mencionada. Quienes utilizan y quienes creen en ese explotado discurso olvidan qué, como dijo Luis XIV de Francia, “el Estado soy yo”. Yo, el rey, el gobernante de turno.

O tal vez no lo olvidan: al menos aquellos que manipulan los anhelos de otros por medio de la ilusión del Estado protector. Sólo apuestan a que el pueblo se compone de gente fácil de burlar. Total, si tantos se han tragado la fantasía bien intencionada del intervencionismo benefactor, ¿por qué no van a creer, por ejemplo, que el subsuelo y los recursos que en éste se encuentran son de ellos?

Leonard Read, fundador de la Fundación para la Educación Económica (FEE) dijo: “Los worrycrats (burócratas preocupados), son una raza especial de burócratas totalitarios que se reproducen a medida que la sociedad es socializada. Se preocupan por nuestra salud, educación, bienestar, seguridad, ingerencia de drogas, dieta… y, sobre todo, se interesan en nuestras propiedades. Hoy, los worrycrats han superado a la mayoría de los profesionales de otras disciplinas. Cuán rápido han proliferado”. ¿Por qué abundan y qué permite su multiplicación?

¿Será porque los adultos infantes creen que el Estado va a protegerlos? ¿De quién los protege? ¿Los protege de sí mismos y las consecuencias de sus decisiones? Dicen, quienes imploran por papá gobierno, que se sienten indefensos, decepcionados, defraudados. ¿De qué? ¿De ese sistema paternalista fracasado al que claman que los rescate? ¿Acaso ese sistema no está administrado por individuos falibles, iniciados en las artes maquiavélicas? ¿Ese sistema que les permite embaucar impunemente a muchos? ¿No son acusados de avorazados, ambiciosos e ineptos, entre otras cosas, quienes manejan ese régimen, cuando se presentan como lo que son: simples políticos? ¿Qué los transforma en defensores de los desvalidos cuando actúan en nombre del Estado? Sólo el autoengaño de quienes se dejan estafar.

En fin, da igual el apellido del pater familia: puede ser Bush, Berger o Chávez. Los pueden apoyar la Reserva Federal, la Superintendencia de Bancos o la Asamblea Nacional. Aunque en unos casos la acción de esos progenitores públicos va a ser menos dañina. En los sistemas que limitan a esos padres patrios, se causa menos daño a sus entenados: los ciudadanos. ¿Cuándo vamos a madurar y asumir nuestras responsabilidades? Probablemente cuando despidamos a la niñera estatal especializada en mayores de edad.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno” el lunes 5 de febrero de 2007.

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2.04.2007

Soy hermana de Constantino


Y sin duda me siento orgullosa de serlo. Un joven valiente, sin pelos en la lengua, actualmente estudiante de Columbia University en Nueva York: ese es Arturo Constantino Díaz-Durán Alvarado. Notarán que mis papás no escatimaron en el tamaño de nuestros nombres. Seguro esperan acciones y resultados grandes de sus hijos.

Tal vez alguno recordará que durante un tiempo publicó una columna dirigida a sus coetáneos en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”. El título de la misma era “Generación XXI”.

Y el Tino sigue dando lata desde gringolandia, defendiendo sus principios, basados en el respeto a la libertad individual y el proyecto de vida de cada uno. Ahora, decidió unirse al creciente grupo de defensores del blogero egipcio Kareem Amer. Les dejo el artículo que escribió para el periódico de su universidad.

Ánimo Kareem.

Ánimo Constan.

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Ser o no ser el cadáver del Che: ese es el dilema


Excelente reportaje de Maite Rico y Bertrand de la Grange. Estos mis amigos: cuestionadores, como siempre.


Les dejo un adelanto para picarlos: "Entre la multitud estaba Casiano Maldonado, un campesino de 46 años, dueño de unas pocas vacas y un terrenito al final de la pista. Casiano no salía de su asombro, pero se quedó callado. El momento no era propicio para expresar en voz alta lo que le pasaba por la cabeza. No le gustaban los pleitos. Casi diez años después del hallazgo, el vaquero no lo duda un solo instante: “Ése no era el Che”.

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2.02.2007

De democracia a dictadura


Friedrich A. von Hayek, en un ensayo de 1939, titulado “La libertad y el sistema económico”, escribió: “Si un pueblo demócrata llega a ser dominado por un credo anticapitalista, querrá decir que la democracia se destruirá a si misma de manera inevitable…La creación e imposición del credo común y de la creencia en la sabiduría suprema del gobernante se convierte en un instrumento indispensable para el sistema planeado… No es accidental que el gobierno que pretenda planear la vida económica sostenga su carácter totalitario: no puede hacer otra cosa si desea permanecer fiel a la intención de planear”.

Sin duda, me recuerda a Venezuela y el recientemente elevado al cargo de dictador, Hugo Chávez.

¿Aprenderemos los guatemaltecos de los errores de los demás? Veremos que sucede en nuestra campaña 2007, ¿votaremos por reyes o por leyes?

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